La Internacional Antifascista capítulo Costa Rica rechazó este martes la intención de la expresidenta de esa nación, Laura Chinchilla (2010–2014), de sumarse a la agenda agresiva del imperialismo y la derecha contra Venezuela.

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A través de un comunicado, la Internacional Antifascista condenó que la exmandataria, cumpliendo designios de EE.UU., se incorpore al grupo de desprestigiados expresidentes que pretenden ingresar a Venezuela para intentar imponer como presidente a Edmundo González Urrutia, quien fue derrotado en las elecciones del 28J por el candidato del pueblo y actual jefe de Estado, Nicolás Maduro Moros.

El colectivo recordó a Chinchilla que esos expresidentes tienen numerosos «casos de corrupción a sus espaldas y mucha sangre de inocentes en las manos».

Dejaron claro que ella acompañará «a un personaje antidemocrático (González Urrutia) que tiene orden de captura y cuya finalidad es llevar a cabo un golpe de Estado violento contra la voluntad mayoritaria del pueblo venezolano expresada en las urnas».

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«Los movimientos sociales no olvidamos que la expresidenta Laura Chinchilla alentó y convalidó a los elementos terroristas que sembraron de muerte y violencia las calles venezolanas durante las guarimbas de 2017. Incluso llegó al extremo de fotografiarse con los guarimberos», expresa el texto.

«Tampoco olvidamos que el 8 de mayo del año 2010, al finalizar su discurso de toma de posesión, una violenta carga judicial que incluyó garrotazos y agentes a caballo, arremetió contra decenas de manifestantes pacíficos, estudiantes universitarios y trabajadores, que marchaban (…) en la capital costarricenses. El tono represivo y antipopular que fue el rasgo distintivo de su gestión quedó debidamente retratado el 8 de noviembre de 2012, cuando las fuerzas oficiales de su Gobierno agredieron de manera brutal a un grupo de adultos mayores y estudiantes universitarios que protestaban pacíficamente».

Los colectivos de la Internacional Antifascista responsabilizaron a Chinchilla y su partido político de la deriva neoliberal y el deterioro social que empujaron al pueblo costarricense a elegir al actual mandatario, Rodrigo Chaves, al que calificaron de personaje «siniestro, destructivo y peligroso».

Aseveraron que tanto Chinchilla como Chaves defienden en el fondo los mismos intereses y son aliados incondicionales del golpismo venezolano.

Consideraron que la exmandataria no tiene «autoridad moral alguna para inmiscuirse en los asuntos internos de los venezolanos» y subrayaron que estos «le competen al pueblo soberano de esa hermana nación».

Asimismo, señalaron que Chinchilla fue declarada persona non grata en la patria de Bolívar y Chávez desde el año 2017. Advirtieron que si «decide participar en el show golpista del 10 de Enero, la señora expresidenta deberá asumir las consecuencias legales de sus actos«.

Al reiterar los vínculos de los expresidentes conjurados contra Venezuela con casos de corrupción, la Internacional Antifascista capítulo Costa Rica recordó que durante el 2013 la expresidenta Chinchilla viajó dos veces «en un avión privado perteneciente a Gabriel Morales Fallón, un señor vinculados al narcotráfico», y rechazaron que en lugar de reconocerlo culpara a sus ministros.

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